Podría decirse que la política es en sí misma algo tragicómica.
HOMBRES DE GUANTES BLANCOS es una comedia política.
HOMBRES DE GUANTES BLANCOS es también una tragedia familiar.
Escribir una obra política en un país en el que la realidad supera a la ficción sea, tal vez, una de las tareas más ambiciosas que emprendí hasta ahora. Hombres de guantes blancos empezó a ser escrita hace poco más de diez meses.
En el camino cambiamos (o no tanto) de gobierno, vivimos una época de aparente bonanza, una crisis institucional como hacía años no se veía, y fuimos invitados a recordar una y otra vez nuestros últimos treinta años de historia política.
En medio de semejante hervidero político, sin poder escapar a la realidad que me envolvía, fui dando vida a Don Diego López García, a su hijo Manuel, a asesores y asistentes, y a una historia que poco a poco fue creciendo alrededor de un mundo al que estamos invitados a espiar a través de los noticieros pero que nos es completamente ajeno y complejo.
Esta obra no intenta aportar un nuevo punto de vista a la observación del mundillo político, sino transmitir una visión personal (tal vez desalentadora) de éste y su indudable desconexión con la cotidianeidad del resto de los mortales.
HOMBRES DE GUANTES BLANCOS nos permite - al menos por un rato, solo por un rato - hacer con los políticos lo que gran parte de ellos hace con nosotros día a día, reírnos un rato.
Aron Rey
Agosto 2008
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